En el año 2015 me tocó coordinar la primera encuesta sobre Acoso Callejero en la Ciudad de Buenos Aires, por ese entonces esta forma de violencia motivada por el género, tan extendida, invisibilizada y naturalizada, había tomado relevancia a partir de que junto con el grito de #NiUnaMenos y el "Paren de Matarnos" del 3 de junio las/es pibas/es también salieron a la calle a exigir su derecho a transitar libres y sin miedo el espacio público.

Los resultados de esa investigación confirmaron lo que todas sabíamos. El 100% de las mujeres encuestadas había sido acosada en la vía pública. 

En el año 2016 el Acoso Callejero se incorporó al Código Contravencional de la CABA, y en el año 2019 se sancionó una ley para considerarlo como una nueva modalidad de violencia a la Ley 26.485 de prevención, sanción y erradicación de la violencia contra las mujeres en los ámbitos donde desarrollan sus relaciones interpersonales, quedando expresado de la siguiente manera: "Violencia contra las mujeres en el espacio público: aquella ejercida contra las mujeres por una o más personas, en lugares públicos o de acceso público, como medios de transporte o centros comerciales, a través de conductas o expresiones verbales o no verbales, con connotación sexual, que afecten o dañen su dignidad, integridad, libertad, libre circulación o permanencia y/o generen un ambiente hostil u ofensivo."

Los dichos de la legisladora Lemoine son repudiables, no solo porque dan cuenta de un nivel altísimo de ignorancia en materia legislativa de DD.HH de las mujeres, sino también porque atrasan siglos en la lucha por la visibilidad y reconocimientos de nuestros derechos humanos. Desconoce Lemoine que en Argentina el machismo se cobra la vida de 1 mujer cada 28hs. y que las brechas de género persisten a pesar de los avances conseguidos. 
Queremos decirle a Lemoine que en el país del Ni Una Menos y la Marea Verde no vamos a permitir ningún retroceso en nuestros derechos y que estaremos en la calle como todos estos años porque somos miles y no tenemos miedo. 

Seguimos en lucha hasta que todas/es seamos libres. 


@raquivivanco

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En el año 2015 me tocó coordinar la primera encuesta sobre Acoso Callejero en la Ciudad de Buenos Aires, por ese entonces esta forma de violencia motivada por el género, tan extendida, invisibilizada y naturalizada, había tomado relevancia a partir de que junto con el grito de #NiUnaMenos y el "Paren de Matarnos" del 3 de junio las/es pibas/es también salieron a la calle a exigir su derecho a transitar libres y sin miedo el espacio público.

El Acoso Callejero es Violencia de Género

¿Quién no recuerda cuántas veces nos dijeron "no andes sola de noche por la calle" o "avísame cuando llegues"? ¿Cuántas de nosotras recibió silbidos en la calle? 

Se me vienen a la memoria los corsos en mi pueblo… era padecerlos porque chicos de  nuestra ciudad se agrupaban para corrernos por las calles golpeamos y manosearnos. 
En esos tiempos no se hablaba de esto, de que era violencia y abuso en plena calle.

Hoy en día el acoso callejero constituye una modalidad de violencia de género (incorporada en 2019 en la Ley 26.485). 
Es una de las formas más invisibilizada y legitimada de violencia contra las mujeres y personas LGBTIQ+, especialmente cuando son adolescentes o jóvenes. Inclusive, muchas veces disfrazada de piropos.

Gran parte de nosotras en algún momento fuimos víctimas de acoso sexual callejero y no lo hablamos o, al hacerlo, no tuvimos la contención que esperábamos.
Según el informe Violencia contra las Mujeres en el Espacio Público "La inseguridad de la que nadie habla" (del año 2017), coordinado por Raquel Vivanco, el 93% de las mujeres encuestadas (en el país) manifestó haber sufrido acoso sexual callejero en su vida, mientras que el 80% dijo sentirse insegura de caminar en la calle y sobretodo de noche, en las zonas pocos transitadas o mal iluminadas.
Se manifiesta a través de silbidos, ruidos de besos, bocinazos, frases y gestos obscenos, miradas intimidantes, tocamientos, seguimientos con fines sexuales. 
Este tipo de acciones produce en las víctimas sensaciones de miedo, estado de alerta, bronca, asco  quienes, además, suelen modificar sus rutinas diarias para no ser acosadas.
La mayoría no sufrimos acoso cuando estamos junto con un hombre, pero si estamos con una o más mujeres, recibimos el mismo acoso o incluso más.

Ante una situación de acoso callejero pedí ayuda a personas que se encuentren a tu alrededor, denunciá, Intervení.
Tenemos derecho a caminar en el espacio público libremente y sin miedo.
Las calles también son nuestras


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La semana internacional del acoso callejero tiene como objetivo sensibilizar y concientizar sobre una de las violencias que más naturalizadas está y cómo nos limita habitar las ciudades y el espacio público.

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