A más de 3 meses de la asunción de Javier Milei como Presidente hemos registrado 63 femicidios en 2024 y 54 intentos de femicidios. Al mismo tiempo, vemos con preocupación que 66 niñxs han perdido a su madre por femicidio.
En el 65% de los casos el femicida es la pareja o ex pareja de la víctima y en el 79% de los femicidios el femicida pertenece al círculo íntimo de la víctima. Esto está íntimamente ligado con que el lugar donde más ocurren los femicidios es en los hogares de las víctimas (63,5%).
No podemos dejar de analizar estos hechos en un contexto de ajuste brutal, con una pobreza del 52%, con despidos masivos en el Estado y suspensiones y despidos en el sector privado, sumado a la precarización laboral a la que estamos sometidas las mujeres habitualmente. Somos las más pobres entre las pobres, esto obstaculiza poder salir de una situación de violencia, porque, por ejemplo, no tenemos plata ni garantía ni recibo de sueldo para alquilar. Inclusive, muchas mujeres siguen conviviendo con los violentos porque no pueden subsistir por sí solas, lograr la independencia económica necesaria para salir de las violencias.
En tiempos en que la crueldad está de moda, nosotras no nos acostumbramos a la violencia y al disfrute del dolor ajeno que tienen el Gobierno nacional y sus militantes.