🚨 127 FEMICIDIOS EN 2022

Femicidios
Inicio:01/01/2022Fin:30/06/2022

📢 Desde “Ahora Que Sí Nos Ven” damos a conocer las cifras de femicidios en Argentina entre el 1 de enero y el 30 de junio de 2022, elaboradas a partir del análisis de medios gráficos y digitales de todo el país llevado adelante por nuestro observatorio de violencias de género.

đź“ŚAlgunos datos destacados:

• 1 femicidio cada 34 horas en lo que va de 2022

• 95 intentos de femicidio en lo que va de 2022

• 4 Transfemicidios/travesticidios publicados en los medios de comunicación frente a 32 casos denunciados por organizaciones LGBTIQ+

• El 64% de los femicidios fue cometido por las parejas y ex parejas de las víctimas

• El 64,5% de los femicidios ocurrió en la vivienda de la víctima

• 5 femicidas policías y 1 militar

• 32 femicidas se dieron a la fuga y 23 se suicidaron

• 21 víctimas habían realizado al menos una denuncia y 12 tenían medidas de protección

• Al menos 118 niñxs perdieron a sus madres como consecuencia de la violencia machista en lo que va de 2022

👉 Una vez más seguimos reflejando que la violencia machista no para. De acuerdo a nuestro registro, en el primer semestre del año hemos observado 127 femicidios, un femicidio cada 34 horas en el país. A partir del análisis de medios gráficos y digitales también relevamos los casos que no llegaron al fallecimiento de la víctima, pero que deben alertarnos dado que es una situación de riesgo que puede volver a repetirse. En 2022 hubo 95 intentos de femicidios, 80 directos y 15 vinculados.

¿Quién y dónde nos matan?

Respecto de quién es el agresor vemos que el femicida en el 64% de los casos es la pareja o ex pareja de las víctimas. En menor medida, en el 19,7% de los casos el femicida es un familiar y en el 11% un conocido. Es decir que en el 94,7% el agresor pertenece al círculo íntimo de las víctimas. A su vez, en 2022 el 25% de los femicidas se dio a la fuga. Al mismo tiempo, si ponemos el foco en dónde ocurren los femicidios podemos observar que en el 64,5% de los casos tuvo lugar en la vivienda de la víctima, la cual muchas veces comparte con su agresor dado que no puede acceder a un empleo formal, mejores condiciones económicas y una vivienda.