El acceso a métodos anticonceptivos es un derecho. Todas las personas tenemos derecho a decidir si tener hijos o no, cuántos y cuándo. Asesorada por un/a especialista, cada persona puede decidir el método adecuado según sus hábitos, su cuerpo y sus proyectos.
Según datos de Unicef, el 70% de los embarazos en adolescentes no son intencionales, y frente a esto las campañas que garanticen el derecho a la información completa y comprensible son fundamentales. Les jóvenes tienen derecho a contar con herramientas para poder decidir y prevenir situaciones no deseadas. Además, mientras las tareas de cuidado sigan racayendo con mucha más fuerza en las mujeres, esto también se convierte en otro factor de desigualdad de género.
La variedad y eficacia de los métodos anticonceptivos según la OMS es:
Implante anticonceptivo (99 %)
Dispositivo intrauterino (DIU) (99 %)
Esterilización - Ligadura de trompas (99 %)
Vasectomía (99 %)
Inyección anticonceptiva (94 %)
Parche anticonceptivo (91 %)
Anillo anticonceptivo vaginal (91 %)
Píldora anticonceptiva (91 %)
Diafragma (88 %)
Capuchón cervical (86 %)
Preservativo (82 %)
Preservativo femenino (79 %)
Métodos de observación de la fertilidad (76 %)
Coitus interruptus o eyaculación fuera de la vagina (73 %)
Espermicida (71 %)
Existen diferentes métodos anticonceptivos disponibles, muchos de ellos gratuitos (por ley), pero no siempre a nuestro alcance. El acceso a la información y a la anticoncepción gratuita es un derecho derecho que debe ser garantizado por el Estado.