Hace unos días nos enteramos por algunos medios de comunicación que a Zulma Lobato la habían asaltado, golpeado, y la habían dejado tirada desnuda en la calle. Ese día la temperatura era de 5° en la provincia de Buenos Aires. A las pocas horas comenzó a viralizarse un meme de la página Eameo, que siempre ha utilizado la imagen de Zulma para sus chistes. En la imagen aparece una caricatura de Zulma con la cara golpeada.
Las reacciones fueron muchas y muy distintas. El primer efecto fue el mismo de siempre, miles de personas comentando, reposteando y me gusteando la foto. El lado rancio de cada día. Pero también hubo otro efecto en el que me gustaría detenerme, las miles de personas que rápidamente salieron a repudiar el meme en las redes y el activismo, que rápido y solidario como siempre, se organizó para que a Zulma le llegara ayuda en forma de dinero en lugar de burlas descarnadas en forma de meme.
De acuerdo con datos del Observatorio Nacional de Crímenes de Odio LGBT creado por la Defensoría LGBT del Instituto contra la Discriminación de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires, en articulación con la Federación Argentina LGBT y la Defensoría del Pueblo de la Nación, en nuestro país durante el primer trimestre del 2019 se registraron 68 crímenes de odio . Y según un informe que llevan varias organizaciones y activistas, 72 mujeres trans murieron en el país durante ese año . Esos datos se registran a través de las redes sociales y de las redes de trans que avisan si alguna amiga o compañera falleció, cómo y dónde.
En las notas periodísticas estas cifras no aparecen, estos casos están invisibilizados, lo hemos denunciado varias veces desde el Observatorio Ahora que sí nos ven. En nuestro trabajo diario, vemos cómo los casos de travesticidios directamente ni se nombran: y ya sabemos lo que no se nombre no existe, o eso nos quieren hacer creer al menos. Porque en la realidad descarnada que viven las personas trans en nuestro país, esas cifras existen y con una contundencia absoluta. Se expresan en las calles, con trans golpeadas y tiradas en las veredas una noche muy fría de invierno. Porque algo tiene que quedar claro, a Zulma le pegaron y la dejaron tirada en medio de la calle, por su condición de travesti. Porque en ella se expresa una realidad que muches prefieren no ver.
Me pregunto porqué cuando roban y golpean a una travesti nos reímos y hacemos memes, y cuando eso sucede con un jubilado, salimos rápido a solidarizarnos. ¿Acaso no estamos hablando de dos personas? Me pregunto también si hace un par de años atrás, ante un hecho como este, la burla artera de un meme, hubiésemos salido a criticarlo. Creo que no, tal vez sólo lo hubiesen hecho les mismes de siempre. Tal vez, y entiendo que es algo pequeño, que aún no alcanza, pero tal vez, empezamos a tomar dimensión de lo engañoso del humor, esa cortina tras la que se esconden prejuicios de todo tipo. Tal vez empezamos a cuestionar y entender de una vez esto que muches humoristes (de les buenes) señalan: que el humor es humor, sólo si se mete con los poderosos, sino solamente es odio.
Mariposas Libres y el Bachillerato Popular “Mocha Celis”, son algunas de las organizaciones sociales que salieron a brindar su apoyo a Zulma y que están juntando donaciones, para ella y para las miles de trans que ante la crisis económica por el Covid, están atravesando situaciones críticas. Hace unos años Zulma aparecía en las pantallas de la tv denunciando que la habían golpeado, y muches nos quedamos sólo con su frase “hasta el maipo no paro”, y las burlas que vendrían luego de esa aparición. Hoy el contexto parece ser distinto, habrá quienes se indignen ante el señalamiento de que reírse de una travesti golpeada y tirada en la calle “no está bien, está mal”, son los mismos necios de siempre, pero habrá muches que tal vez nos acostamos pensando en dejar de seguir la página, en borrar el me gusta del meme, en no compartirlo en las redes, algunes incluso habrán descubierto que existen organizaciones en las que se puede brindar ayuda, y en eso se juega convertir la furia travesti en potencia transformadora.
Lala Rothberg - Integrante del equipo de registro y comunicación del Observatorio de las violencias de género Ahora que sí nos ven.